homeschooling, otra forma de aprender
La escuela en casa (homeschooling) es una tendencia que cobra cada vez más fuerza y gana adeptos en España.
Se trata de educar a
los hijos fuera de las instituciones
educativas y hacerlo, principalmente, en casa bajo la dirección de profesores
particulares, de sistemas de educación extranjeros o de los padres o tutores
asumiendo totalmente la educación de los hijos a nivel académico y social. Los
motivos que llevan a tomar esta decisión van desde tener ideologías extremas
hasta el miedo al contagio tras la pandemia pero, sin duda alguna, la disconformidad pedagógica es el motivo principal.
Por ley, la
escolarización en España es obligatoria desde los 6 años hasta los 16. La
constitución Española y la Carta de los Derechos fundamentales de la Unión Europea reconocen la libertad de enseñanza y se
respeta el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de
sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas. En
estos momentos en España este sistema de enseñanza, en el que se calcula que
hay unas 4000 familias, no tiene una regulación legal. No obstante, cuando una
familia ha sido denunciada por no escolarizar a sus hijos el caso ha sido
archivado si se ha demostrado que no existe abandono por parte de los padres.
Ésto ¿es
bueno? ¿es malo? ¿aprenden menos esos niños? ¿aprenden más? ¿qué pasa después?
A nivel académico es posible que no haya
problemas, los padres tendrán que informarse del currículo académico que deben
seguir y elaborar un dossier donde recojan las evaluaciones y aprendizajes de
los hijos y, en el caso de que después quieran tener acceso a la universidad,
FP o formación que requiera título, pueden presentarse a exámenes
acreditativos.
A nivel de
desarrollo personal es donde hay controversia. El desarrollo de algunas
capacidades puede verse mermado con este sistema de educación. Una de ellas es la
capacidad de sociabilización. Los niños necesitan socializar con otros niños, ver
realidades diferentes a la suya: otras razas, otras clases sociales… aprender a
mediar con situaciones de grupo: organización de trabajos, ayuda entre
compañeros, pequeñas disputas (por ejemplo qué juegos realizar en el recreo, a
qué grupo le toca el balón de fútbol o el de baloncesto) que les irán enseñando
cómo reaccionar en el futuro.
Lo cierto es
que la decisión de cómo educar a los hijos es muy importante y hay que tomarla
de manera concienzuda ya que condiciona
el resto de la vida de los padres y de los hijos.
💥¿ Qué piensas a cerca de esta modalidad de educación?
Estoy de acuerdo con todas las reflexiones del artículo. Puede estar muy bien esta modalidad educativa, pero es difícil encontrar tanta disponibilidad horaria en los padres . Socialmente queda un poco pobre, necesitamos de los iguales para compararnos, para medirnos, para gestionar nuestras emociones ante los conflictos y la armonía, para aprender a colaborar, a ayudar, a compartir...
ResponderEliminarHola Mariluz! Tienes razón, la disponibilidad horaria por partes de los padres es un handicap señalable en este tipo de educación
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